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Vocaciones

Todo el mundo tiene una vocación. ¿Cuál es la tuya? Todos estámos llamados a la santidad. (Lumen gentium, cap. V). La forma particular en que vives esa llamada es tu vocación. Para unos es la vida conyugal; para otros la vida de soltero; para otros es una vida de amor y servicio a Dios y a su pueblo como sacerdote o religiosa consagrada.

 

Una vocación es una invitación personal de Dios para ti. Una invitación a amarlo y servirlo de una manera particular. Dios está interesado en ti personalmente y te llama por tu nombre. Una vocación es quién eres, no lo que haces. No es un trabajo ni una carrera. Santa Catalina de Siena dice: "Sé quien estás destinado a ser y prenderás fuego al mundo". Toda vocación - casada, soltera, sacerdotal o religiosa, es un llamado a amar.

 

Dios tiene una vocación específica para ti porque El te creó con un plan y un propósito específico. Cada uno de nosotros es una imagen única de Dios. Nadie más puede mostrarle a Dios al mundo como tú. El tiene un plan hermoso y totalmente individual para cada uno de nosotros.

 

Entonces, si eres una persona joven y soltera, una pregunta muy importante que debes hacerte es: ¿Qué me está llamando Dios a hacer con mi vida? ¿Cómo puedo amarlo y servirlo mejor en esta vida y ser feliz con Él en la próxima?

 

Jovencitos: ¿Dios podría estar llamándote a ser sacerdote o religioso consagrado? Y ustedes, jovencitas: ¿podría Dios estar llamandote a ser una religiosa consagrada? Dios probablemente no te enviará un ángel como lo hizo con nuestra Madre María en la Anunciación, pero hay algunas cosas que puedes hacer para comenzar a encontrar la respuesta.

 

1) Pregúntale a Dios mismo si te está llamando a esta vocación. Él tiene un plan para tu vida, así que ponlo en oración. Cultiva una vida de oración. En una presentación a seminaristas y novicios en 2013, el Papa Francisco dijo: "Convertirse en sacerdote o religioso no es principalmente nuestra propia decisión, sino que es una respuesta a un llamado de amor."

 

2) Busca consejos de personas que realmente puedan ayudarte a encontrar la respuesta: amigos de confianza, familiares, líderes espirituales, el sacerdote o la religiosa de su parroquia.

 

3) Comunícate con la Oficina de Vocaciones de la Diócesis de Norwich y habla con el Director. Él te ayudará a encontrar los recursos que necesitas para estar mejor informado.

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El Papa San Juan Pablo II dijo a los jóvenes: "¡Déjate agarrar por Jesús y trata de vivir solo para él!"  Ese es el desafío y la belleza de la vocación al sacerdocio o la vida consagrada.

 

Todos nuestros Papas recientes nos han recordado que rezar por las vocaciones es responsabilidad de todos los fieles. Todos debemos rezar por los jóvenes y ayudarles a discernir su vocación.

 

Los padres, en particular, están llamados a sembrar la semilla de la conciencia vocacional en el corazón de sus hijos y ayudarlos a madurar. Hay que empezar cuando son muy jóvenes para hablarles sobre la belleza de una vida vivida para Dios en el estado matrimonial, soltero, sacerdocio o vida consagrada.

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